X JORNADA DE AMEG

"Felicidad: La vida que nos queda"

31 de Mayo de 2012

Un año más, la Asociación Madrileña de Enfermería Gerontológica ha celebrado su X jornada, que tuvo lugar en el salón de actos del Centro de Humanización de la Salud, en la ciudad de Tres Cantos.

Con el Lema “Felicidad: la vida que nos queda” ha conseguido reunir a casi 200 profesionales relacionados con el cuidado de las personas mayores. El objetivo de este encuentro era reflexionar y debatir sobre los elementos fundamentales que contribuyen a envejecer con éxito. Analizar las claves de la felicidad en la vejez y abordar la implicación que tiene el cuidado para que nuestros mayores sean felices.

Entre las conclusiones más relevantes que se leyeron en el acto de clausura cabe destacar:

1.- Los modelos de intervención personalizados para cada individuo y dirigidos hacia la prevención y la rehabilitación precoz de las áreas cognitiva, emocional, física, funcional y social, sirven para dar calidad de vida. Concretamente, el método de tratamiento Hoffman lo ha demostrado. Se trata de un modelo de intervención en el que se trabaja con las sensaciones, las emociones y la comunicación verbal y no verbal. Con este método cada persona va alcanzando pequeños logros cada día, mejorando la calidad de vida y por tanto, aumentando la felicidad.

2.- La calidad de vida de los mayores es la eficiencia en la resolución de problemas, la felicidad, la consecución del equilibrio, la armonía y el bienestar, y todo esto, tiene que ver con los proyectos de vida personales que llevan a la satisfacción del individuo. Es por tanto, un concepto subjetivo que influye en cómo perciben su vida. Se puede resumir diciendo que la calidad de vida es “encontrarse bien”. En definitiva, las personas con buena calidad de vida son personas que resuelven sus problemas de salud; que tienen capacidad para responder autónomamente a lo que desean en su proyecto vital.

Por otro lado, los que tienen mala calidad de vida son unos grandes consumidores de recursos y sufren problemas de adaptación y afrontamiento. Por todo ello, los enfermeros tienen que comprender las experiencias personales de los individuos para diseñar intervenciones, esto llevará a cambios en cuanto al apoyo y la autogestión, la apreciación de la identidad de cada uno y de la idea de autoconcepto. El nuevo rol de la enfermera será el de acompañamiento para que el mayor tome la rienda de su salud.

3.- Desde un enfoque dinámico, la calidad de vida es cambiante e influye en la dimensión física, social, psicológica y económica de cada individuo. Está ligada a la idea de felicidad. Se reorienta a lo que cada uno siente y necesita en cada momento de la vida. A los profesionales nos sirve como herramienta en el cuidado de los procesos crónicos, para gestionar los recursos de cada persona enfocándolos hacia el equilibrio entre el proyecto vital personal y los problemas crónicos que presentan, para alcanzar el bienestar y la felicidad. En definitiva, las intervenciones tienen que ir enfocadas hacia la persona trabajando todas las estructuras de la cronicidad, en lugar de trabajar sobre los problemas.

4.- Muy enriquecedora ha sido la idea de que envejecer es una oportunidad para encontrar alternativas a la muerte y para ello, se puede diseñar un itinerario en el que cambiemos las ideas preconcebidas por unas nuevas, en las que los puntos principales sean el del infundirle al mayor conceptos como la esperanza, la madurez espiritual, la objetivación del morir y sobre todo la de la dignidad.

5.- También queremos destacar que es necesario trabajar la felicidad desde dentro de cada persona, ya que está relacionada con lo que la persona ha vivido y con lo que les queda por vivir y es ahí, donde entra el counselling que es una forma de acompañamiento en el que se ayuda al otro a identificar sus propios recursos para poder ponerlos en uso.

6.- Destacamos, así mismo que la enseñanza de la enfermería geriátrica es en realidad un compromiso con la sociedad, porque el lograr la excelencia y el no conformarse con la mediocridad es una forma de influir muy positivamente en el campo social.

7.- En clara relación con la felicidad, se encuentra el optimismo que es una fuerza que nos impulsa a seguir adelante. Así, el estado de ánimo favorece el proceso de curación y en ocasiones es también, una excelente terapia el empleo del sentido del humor. Aunque hay un componente hereditario y una influencia clara del ambiente en hacer que las personas sean optimistas o pesimistas, a través del esfuerzo y del aprendizaje podemos llegar a tener una actitud positiva ante las situaciones negativas de la vida.
Como conclusión final podemos afirmar que:

“el envejecimiento es una oportunidad para crecer”

 

 

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